Acostumbra a dividirse entre religiones de Oriente y religiones de Occidente, criterio inadecuado porque todas las religiones han nacido en lo que geopolíticamente llamamos Oriente, ya sea en el próximo (judaísmo, cristianismo, islamismo), ya en el remoto (hinduismo, budismo), y porque en la actualidad se han extendido con distinto vigor a lo largo del planeta Tierra, aunque prevalezcan en determinadas zonas. Tampoco nos agrada el criterio taxonónimo que separa a las religiones en sapienciales (hinduismo, budismo) y en proféticas (judaísmo, cristianismo, islamismo), pues ¿cómo ignorar la carga sapiencial de estas últimas, especialmente relevantes en los Salmos judíos? Conscientes, en cualquier caso, de la inexactitud de toda agrupación, aquí las clasificamos en religiones transpersonalistas (hinduismo, budismo) y personalistas comunitarias (judaísmo, cristianismo, islamismo), las cuales ofrecen la salvación a la persona en comunidad histórico-profética, y que son a la vez monoteístas y del libro.