Conciencia, libertad y alienación
Abandonado a su suerte, sin sentido ni finalidad e indefectiblemente libre, el ser humano se percibe como un ser contingente, frágil y finito. Está ahí simplemente, sin razón alguna ni propósito determinado, obligado permanentemente a elegir entre múltiples opciones, pero sin apelación posible, pues nada inteligible hay escrito en la naturaleza ni en el cielo que guíe su vida.