El educador que se precia de serlo, primero abre su corazón al escolar y luego (o al mismo tiempo) abre su puerta a la escuela, porque la puerta de su corazón es la puerta de su escuela, y los valores que salen su corazón constituyen el corazón de la escuela.Todas las escuelas deberían tener formato de corazón.De cor-razón,de inteligencia sentiente, de esa que enseña más para vivir mejor.