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El cincuentenario del Concilio Vaticano II, el Año de la fe y el testimonio y servicio del Papa Francisco nos estimulan a un mayor y más profundo compromiso evangelizador. El Evangelio, como propuesta de vida y acontecer amoroso de Dios en Jesús, es la gran oferta que la Iglesia hace al mundo. La evangelización es signo ineludible de la fe…
El cincuentenario del Concilio Vaticano II, el Año de la fe y el testimonio y servicio del Papa Francisco nos estimulan a un mayor y más profundo compromiso evangelizador. El Evangelio, como propuesta de vida y acontecer amoroso de Dios en Jesús, es la gran oferta que la Iglesia hace al mundo. La evangelización es signo ineludible de la fe que se manifiesta con gozo y humildad a través del testimonio de fraternidad y de solidaridad de las comunidades cristianas.Desde las diversas formas de vida, carismas y compromisos, las comunidades son el sujeto prioritario de la vivencia y de la transmisión de la fe.
Descubrimos cómo Jesús fue configurando la vida y el corazón de sus discípulos con las opciones y vivencias del Evangelio del Reino hasta llegar a ser testigos de su vida, muerte y resurrección.Por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia se va constituyendo en la fidelidad a la fe de los Apóstoles. Así el Evangelio se vive y se transmite en las comunidades apostólicas con el testimonio de la Palabra, los signos de la misericordia y el martirio.
Actualmente las comunidades se han sentido estimuladas por los signos de los tiempos y el Concilio Vaticano II.Evangelio y Comunidad son dos realidades que se identifican y proyectan simultáneamente. La vivencia y la transmisión del Evangelio impulsan a las comunidades a crecer y permanecer como comunidades itinerantes, proféticas, entrañables, samaritanas y evangelizadoras.
Ficha técnica