Envejecimiento en la vida religiosa
La vida consagrada no envejece. Ya ha envejecido, al menos en Europa. Los religiosos y religiosas viven con no pocas preocupaciones y preguntas con ocasión de este hecho. ¿Podemos sentirnos igualmente apasionados por Jesús y su proyecto al ver que se puede acabar nuestra historia? ¿Morirá nuestro carisma? ¿Quién y cómo nos cuidamos ahora que somos mayores y necesitamos ayuda?