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Este libro nació como respuesta a la interpelación inmediata de los acontecimientos y a la exigencia de un servicio necesario en la comunidad. Es un testimonio de su oración cotidiana y comprometida: la oración enseñada y practicada en la quietud de Finkenwalde, la oración que no desfalleció tampoco en quien se convertiría en el crítico de la interpretación «religiosa» de la fe.
Este libro de Dietrich Bonhoeffer nació como respuesta a la interpelación inmediata de los acontecimientos y a la exigencia de un servicio necesario en la comunidad. Es un testimonio de su oración cotidiana y comprometida: la oración enseñada y practicada en la quietud de Finkenwalde, la oración que no desfalleció tampoco en quien se convertiría en el crítico de la interpretación «religiosa» de la fe.
Bonhoeffer no dejó nunca, ni siquiera en la cárcel, de orar los Salmos como participación en el ser de Cristo, a quien supo seguir radicalmente. Estamos, por tanto, en presencia de un documento que nos permite comprender la extraordinaria fuerza de este testigo de Cristo.
Ficha técnica