Eva no es un fantasma
Eva piensa que es invisible, como un fantasma, y que solo algunos animales pueden verla. Pero un día dos niños la invitan a jugar y entonces se da cuenta de que no es invisible. A ella le gusta más ser un árbol o una farola, volar con los pájaros o subirse en una nube, pero sus nuevos amigos quieren enseñarle a correr, saltar, columpiarse y montar en bicicleta.