Convertir la mente en nuestra aliada
La mente es como un caballo salvaje. Intentamos centrarla pero no se queda quieta en un sitio, sino que se va dando brincos y galopando de una cosa a la siguiente. La seguimos impotentes dondequiera que vaya, incapaces de conseguir lo que nos hemos propuesto en el trabajo, en la vida familiar o en un camino espiritual.